Soy luchador. Lo que por de fault significa que mis huevos son el blanco de muchos ataques. Es la manera en que un enemigo te humilla; no solo porque es muy doloroso lo que te hacen, sino que atacan tu hombría, tu sexualidad, la manera en que seduces a una mujer, lo que le ofreces para satisfacerla, la manera en que te reproduces. Funciona de muchas maneras. Es como decirte me importas tan poco, que no me preocupa poner en riesgo tu integridad masculina; me importas tan poco que no me interesa si te dejo sin descendencia. Lastimar los testiculos conlleva mucho trasfondo.
¿Cuál ha sido el peor? Es difícil escoger. Patadas por detrás. Apretones sin piedad de 30 segundos. Estrellarme contra un poste sin meter ni las manos. Incluso rodillazos bien dados... ¿cuál dirías tú que fue el peor? Te puedo decir cuales me han dolido menos. Manotazos juguetones, patadas a las cuerdas cuando voy
entrando al ring, pisotones que molestan más de lo que duelen; esos no me importan. Pero cuando me dejan tirado sin poder- perdon, sin querer moverme, y me tengo que levantar para continuar la lucha con un intenso dolor entre las piernas... eso es lo peor.